Windows 8.1 llega oficialmente el 18 de octubre en forma de actualización para Windows 8. Analizamos las novedades y cómo actualizar nuestro sistema para que no ocurra ningún inconveniente y así estar informado de lo que les presentemos.

¿Qué debes saber antes de actualizar a Windows 8.1?

Windows 8 marcó un punto de inflexión en Microsoft; un cambio de paradigma en el sistema operativo Windows que, además del cambio estético (y la convergencia con Windows Phone), suponía un cambio en la forma de trabajar de Microsoft y en su política de "grandes actualizaciones" (evitando los saltos abruptos entre una versión de Windows y la siguiente). Menos de un año después del lanzamiento de Windows 8, Microsoft se prepara para el lanzamiento de Windows 8.1, la primera gran actualización de su sistema operativo; un proyecto muy esperado que viene a materializar el feedback de los usuarios y que espera convencer a los que decidieron quedarse con Windows XP y Windows 7 en vez de migrar.

Microsoft anunció que Windows 8.1 estará disponible en la Windows Store en forma de actualización, para que su descarga sea mucho más factible. También, veremos cómo los nuevos PCs que salen al mercado llegan con Windows 8.1 con la nueva tecnología


¿Cuánto cuesta actualizar?

En el caso de los usuarios que ya disponen de un equipo con Windows 8 instalado, la actualización a Windows 8.1 es totalmente gratuita y, teóricamente, será un proceso sencillo y nada traumático (algo así como una evolución natural). Con este planteamiento, el paso se realiza, directamente, a través de la Windows Store y no necesitaremos usar ningún tipo de disco.

Sin embargo, el salto a Windows 8.1 desde otras versiones de Windows sí que tiene impacto económico (entre 119,99 dólares y 199 dólares).

En el caso de migrar desde Windows XP o Windows Vista es importante que tengamos en cuenta que Windows 8.1 no contempla estos entornos y, por tanto, la única opción es la instalación limpia porque no habrá manera de salvaguardar nuestros datos de perfil o las aplicaciones instaladas. En estos casos, Microsoft recomienda el uso de Windows 8.1 en soporte físico (DVD) y no la actualización para comprar online.

En el caso de migrar desde Windows 7, la actualización a Windows 8.1 implicará la migración de nuestros datos de perfil automáticamente aunque, eso sí, no se migrarán las aplicaciones y tendremos que volver a instalarlas tras la actualización.


¿Es el momento de dar el salto a Windows 8.1?

Teniendo en cuenta que Microsoft dejará de dar soporte de Windows XP a partir del mes de abril de 2014 y que, por tanto, este sistema operativo quedará abandonado por la compañía de Redmond, dar el salto puede ser una buena opción.

Evidentemente, los requisitos de hardware en Windows 8.1 son algo mayores que en XP y, por tanto, también será necesario plantearse ampliaciones de hardware o una renovación total del equipamiento (algo que no siempre es sencillo, por ejemplo, a nivel corporativo). Los cambios que ha introducido Microsoft, como el regreso del escritorio, tienen como objetivo "convencer a los escépticos" que fueron reticentes a adoptar Windows 8 en el terreno corporativo (grupo en el que me incluyo) y, con el fin de soporte de XP en ciernes, los procesos de migración en las empresas se activarán, sin duda, con la llegada de Windows 8.1.

De todas formas, a Windows 7 aún le sigue quedando soporte hasta el 13 de enero de 2015 en lo que se conoce como "soporte estándar" y hasta el 14 de enero de 2020 en el "soporte extendido"; por tanto, si tu escenario corporativo está en Windows 7, el proceso de migración no tiene por qué ser inmediato y, a nivel personal, aún podemos aguantar un poco más con esta versión del sistema operativo antes de plantearnos la migración.


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